“Lo más difícil: trabajar en grupo”

trabajo_equipo_f11

Recientemente en unas jornadas del Human Age Institute en Bilbao tuve ocasión de escuchar a Inma Puig, profesora de ESADE y mentora del Instituto. Me encantó su conferencia, y de ella quiero destacar una manifestación que me pareció particularmente interesante. Decía la Sra. Puig que a los alumnos de último curso de un grado, hace veinte años, les preguntaba, al finalizar el mismo: “A lo largo de estos cuatro años, ¿qué es lo que os ha resultado más difícil?” Para su extrañeza, las respuestas no se referían a las asignaturas más difíciles del grado. “Lo más difícil ha sido trabajar en grupo” fue la respuesta de los alumnos. El curso pasado, veinte años después, la respuesta era idéntica; cada año la respuesta siempre ha sido la misma.

Conocer esta circunstancia ha ratificado mi propia percepción sobre el que considero que es el mayor de los males que tenemos los profesionales españoles en el desempeño de nuestro trabajo. Salvo en algunos deportes y en determinadas organizaciones, lo que más predomina en nuestras actuaciones, sean del tipo que sean, es el comportamiento individual en el mejor de los casos y, en el peor, el hecho de que unos pocos tiren del carro mientras otros tantos, cómodamente (y debidamente excusados o justificados) se dejan arrastrar disfrutando del esfuerzo de los que siempre acaban sacando las castañas del fuego, para que luego todos se las coman.

En general no sabemos trabajar en equipo, ni tampoco hay líderes que sepan delegar las tareas y responsabilidades de modo que todos apoquinen y cada cual aporte su saber hacer, haciendo. Quien no tiene horchata en las venas tira “p’alante” porque siente que es su obligación hacer, pensar, crear o dirigir cuando eso es lo que le corresponde. El vago integral, como sabe que “los de siempre” van a responder y a dinamizar la tarea, se queda discretamente en la cuneta esperando que pase la procesión para unirse al final y disfrutar, como todos, de los logros conseguidos. Lo cierto es que tanto los que toman siempre la iniciativa, la vanguardia, como los que se quedan mirando las musarañas, todos tenemos la culpa de nuestra pésima organización para la ejecución de tareas compartidas. La cuestión es que como el trabajo tiene que salir adelante, los “sin horchata” sienten que tienen que hacer porque las cosas salgan adelante y la noria siga girando.

Sin duda necesitamos cambiar esta cultura enlazada con la picaresca, la bajeza moral y la ausencia de espíritu de colaboración si queremos conseguir mejores resultados en nuestra economía, vecindad, empresas o gobiernos. Necesitamos personas y equipos comprometidos en donde todos demos lo mejor de nosotros mismos. Pero TODOS, no sólo los de siempre. En un equipo de trabajo debe predominar el resultado del grupo, por encima de las individualidades; cada uno poniendo su esfuerzo sin tener que mirar lo que pone el compañero (sabes que será el máximo) y en donde se cumpla la máxima de que “un equipo es un grupo de personas que no tiene coartada su creatividad”. Y por encima de ese equipo un director de orquesta que prime y reconozca el trabajo bien hecho, venga de quien venga, dejando cumplir a cada uno su función en el beneficio del conjunto. ¿Tan difícil es conseguir esto? Pienso que el verdadero problema surge cuando se crea un equipo y los de siempre agachan la cabeza, hacen, y nadie se encarga de recordar o destacar a los remolques que todos deben de tirar del carro. Esa llamada de atención debe hacerse desde el primer momento en donde se percibe quién es quién. Esa tarjeta amarilla, al final, sirve para que todos empujemos en la misma dirección y cada cual en función de sus capacidades; de otro modo tendremos personas desgastadas de trabajar en exceso y caraduras acomodados con todo el defecto del mundo. Tendremos de todo menos equipo.

lamadriddiario@gmail.com

6 comentarios sobre ““Lo más difícil: trabajar en grupo”

  1. Puede calificarse de duro, vale, pero cuando se consigue hacer un equipo profesional que tira para adelante con lo que sea y se obtienen los resultados, a veces mejorables, otros buenos, otros excelentes, es una satisfacción trabajar con ellos y sobre todo formar parte de ese grupo. Y con eso me quedo.

    Me gusta

  2. Desde luego Rosario. No se puede negar (ni quiero) la mayor, pero no olvides la nacionalidad de tu empresa pues eso imprime comportamientos.
    Claro que se pueden conseguir y de hecho se consiguen, excelentes resultados cuando se trabaja en equipo lo que creo que sucede es que esto sucede muchas menos veces de las convenientes para nuestra maltrecha economía.
    Mil gracias por tus pensamientos y por el debate.
    Antonio

    Me gusta

  3. Muchas gracias Alberto, intento ver siempre las alternativas ante un problema y si no se hace con visión positiva es prácticamente imposible conseguir nada bueno en lo que se está haciendo.
    Muchas gracias por tus palabras; sabes que es mutuo.

    Me gusta

  4. Antonio: Tuve la suerte de conocer (por estar ya muy usado) esa forma de trabajar y también conozco la del que no sabe delegar. Si sirve para algo, he de celebrar haberte conocido, aunque tarde, pero me anima saber que todavía hay gente como tú, porque creía que ya habían desaparecido
    esas formas de disfrutar de la vida y del trabajo… ¡Qué felicidad trabajar en equipo!.
    Tuve unos compañeros que aun hoy ya jubilados nos llamamos y disfrutamos oyendo las cosas que le pasa a cada uno.

    Me gusta

  5. Qué bueno Ignacio. Lo cierto es que tendrías que haber nacido un par de décadas antes y habrías disfrutado con los nuevos modos de hacer en las organizaciones. Estoy convencido.
    Muchas gracias por tus palabras pues celebro, tanto como tu, el haberte conocido y, si me lo permites, «lo que te rondaré morena».
    Gracias.
    Antonio.

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.