El mundo se renueva

Seguimos abrumados por la crisis que sufrimos, unos más que otros, y esto puede que nos impida ver que una nueva sociedad se está configurando a nuestro alrededor. Algunos datos: en 2011 las empresas vinculadas con internet aumentaron cerca de un 30% sus plantillas. La venta de ordenadores cae por primera vez en 11 años. El comercio electrónico cada vez estará más vinculado con la telefonía móvil. En España está aumentando la creación de empresas. Las academias y escuelas de idiomas están creciendo, en muchos casos, sin poder llegar a satisfacer la creciente demanda. En pocos años la población que vive en nuestro país va a disminuir considerablemente. La mayor fuente de empleos para los jóvenes está fuera de nuestras fronteras. Hay que trabajar más horas y con mayor nivel de implicación para poder satisfacer las necesidades, y en muchos casos exigencias, de los clientes. La administración pública se está transformando. Es más que probable que un empleo para toda la vida tenga los años contados. Surgen nuevos negocios y profesiones vinculados con el medio ambiente, la biotecnología y las ingenierías vinculadas con el ser humano. Estar bien formado se ha convertido en una necesidad para sobrevivir en el mundo laboral. Los empleos vinculados con los mayores tienen un gran horizonte de crecimiento y requieren habilidades cada vez más específicas. La edad de jubilación cada vez se va a retrasar más, y puede que en algún momento sea necesario primar el que la persona no se jubile por la necesidad de su experiencia concreta en su puesto de trabajo. La educación cada vez se va a despolitizar más, atendiendo a aspectos utilitarios del formado más que a los contenidos ideológicos. La sanidad dejará de ser universal y gratuita (estará condicionada) para que pueda llegar a seguir teniendo el alto estándar de calidad que todos vamos a necesitar. Las ayudas públicas a proyectos subvencionados cada vez serán menores y estarán vinculadas a negocios con opciones de mercado. Las empresas deberán ser, cada vez, más responsables con sus trabajadores, con el medio ambiente y estará mucho más vigilado su poder económico y social. La productividad del trabajo se medirá cada vez más y su resultado será vinculante con la remuneración o la continuidad del trabajador, tanto en el ámbito privado como en el público. Toda persona con conocimientos y experiencias de sectores inactivos o envejecidos estará obligada a reciclarse para poder reinventarse y adaptarse a las nuevas necesidades del mercado. El mercado seguirá siendo implacable con quien trate de romper sus reglas; cuando finalice la crisis el instinto depredador del ser humano hará que vuelvan a resurgir los especuladores del dinero fácil. Los políticos deberán empezar a pensar más en que van a ser medidos y valorados por sus actos, más que por sus promesas en campaña electoral. Es muy probable que en pocos años los ciudadanos podamos efectuar pequeñas votaciones por internet, en entornos locales o regionales. Nuestros hijos deberán formarse en universidades de otros países y en empresas de otros entornos socioeconómicos y vivirán allí donde más oportunidades dispongan para perfeccionar su carrera profesional. La justicia deberá ser más ágil si no quiere que la sociedad acepte su juicio pero rechace el plazo en el que éste se efectúa. El salto entre el trabajo y la jubilación será progresivo y podremos trabajar algunas horas con muchos más años, e igual capacidad, a como ahora lo hacemos.

¿No siente como el cambio se va asentando en nuestras vidas? ¿Siente que el mundo está virando su rumbo en una dirección diferente a la que siempre conoció? ¿Se da cuenta que muchos trabajos deberán cambiar, que otros desaparecerán y que otros muchos están empezando a nacer? Preparémonos, cada vez está más cerca.

2 comentarios sobre “El mundo se renueva

  1. Lo sé bien. Y me gusta eso de que a «Los políticos deberán empezar a pensar más en que van a ser medidos y valorados por sus actos, más que por sus promesas en campaña electoral.» A eso se le llama DISTOPÍA ¡Qué bonita palabra!
    DISTOPÍA es una forma de llamar a la anti-utopía; es una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal. El término fue acuñado como antónimo de «utopía» y se usa principalmente para hacer referencia a una “sociedad FICTICIA, frecuentemente emplazada en el futuro cercano, donde las consecuencias de la manipulación y el adoctrinamiento masivo —generalmente a cargo de un Estado autoritario o totalitario— llevan al control absoluto, condicionamiento o exterminio de sus miembros bajo una fachada de benevolencia”.

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