Inteligencia de supervivencia

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Una de las definiciones de inteligencia que más me satisface es la de la capacidad para la resolución con eficiencia de problemas complejos. Tomando como base esta definición se puede entender que a mayor nivel de inteligencia la complejidad de los problemas a resolver también será mayor y más capacidades tendrá quien así pueda darles solución.

Cuando era un niño si un amigo tuyo sacaba buenas notas en matemáticas, todos los mayores decían que eso era porque era muy inteligente. Durante mucho tiempo la inteligencia se ha asociado con las habilidades lógico-matemáticas de las personas y, estando de acuerdo con Gardner, el creador del concepto de las inteligencias múltiples, creo que dentro de unos cuantos años habrá tantas inteligencias reconocidas como problemas complejos por resolver. En este mismo sentido acabo de inventarme una nueva, la inteligencia para la supervivencia. Haciendo uso de la imaginación, podríamos definirla como la inteligencia para sobrevivir ante cualquier tipo de circunstancia prevista o sobrevenida y conseguirlo con la mayor eficiencia en cuanto a recursos empleados y resultados conseguidos.

Pues bien, esta inteligencia para la supervivencia es la que desde el inicio de la crisis más hemos tenido que poner en funcionamiento todos los residentes en este país de excesos. Un elemento añadido de la inteligencia que quiero mencionar es el de la rapidez para conseguir esas soluciones eficientes; a mayor rapidez, mayor será la capacidad de adaptación de quien debe usarla y antes llegarán los resultados apetecidos.

En este contexto creo que esta inteligencia es muy pareja para todos y cada uno de nosotros. Entonces, ¿qué es lo que hace que unas personas sean capaces de adaptarse o sobrevivir mejor que otras? Creo que la respuesta es sencilla: todo depende de la cantidad de confort que nos haya impedido ver que las condiciones del entorno cambiaban y que era preciso adaptarse a las nuevas circunstancias. Lo cierto es que quien haya tenido un nivel alto de inteligencia de supervivencia y un reducido nivel de confort (seguro que usted conoce a personas con estas destrezas) es quien antes ha sabido salir de la crisis. Incluso están aquellos para los que la crisis ni siquiera ha sido una realidad. Este grupo de personas es al que calificamos como afortunado, en el mejor de los casos, y en el peor nos provoca el sentimiento de que con nosotros la vida ha jugado con cartas marcadas.

Hay un paso por encima de la supervivencia: el liderazgo. El grupo del liderazgo lo forman quienes son capaces de adelantarse a los acontecimientos que los demás no sabemos ver. Además de inteligente, ha sido capaz de actuar con rapidez y hoy lidera a personas, empresas o colectivos.

Por supuesto que siempre hay tramposos, facinerosos, mangantes, mangoneantes, corruptos y ladrones y manipuladores en general. Suelen ser los que los medios de comunicación destacan. Pero mayoritariamente sus argucias, que no su grado de inteligencia, les hacen ser transparentes y, si el tiempo y la autoridad no lo impiden, ser castigados debidamente. Dejando aparte a estos seres abyectos, lo cierto es que con más inteligencia de supervivencia y menos confort conseguiremos, más tarde o más temprano salir adelante. Y como el tiempo es oro, cuanto antes nos movilicemos en este sentido, antes conseguiremos ver el problema desde el otro lado, habiendo rebasado lo que anteriormente nos parecía insalvable.

Yo le animo, me animo, a que reduzcamos el confort para que asome nuestra inteligencia y, en lugar de quedar atascados, avancemos. lamadriddiario@gmail.com

3 comentarios sobre “Inteligencia de supervivencia

  1. Interesante tu artículo Antonio. Al final terminamos dándonos cuenta que nuestra abuelas tenían razón cuando usaban la expresión «es más listo que el hambre», se referían a esa inteligenica para la supervivencia que acabas de «acuñar». El confort que todos buscamos, termina siendo un nuestro enemigo. Tema de reflexión será encontrar el balance adecuado.

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