Vivir la vida

Todo parece indicar que nuestra vida es la que es y que, aunque existan otros escenarios diferentes de los que nuestros sentidos nos alumbran, el crédito con el que nacemos debemos gastarlo en disfrutar todo lo que tenemos a nuestro alcance consciente. En este artículo lo que pretendo es tratar sobre cómo aprovechamos ese crédito de tiempo, la llama de la vitalidad que nunca sabemos hasta cuando se va a mantener encendida. La única certeza que tenemos es que la mecha es limitada, que en algún momento se agotará y que dependerá, en la mayor parte de los casos, de nosotros mismos si esa llama nos servirá para calentar, para iluminar, como energía motriz, para quemarnos y dolernos de ella o, peor aún, para con ella quemar las vidas de otros.

Tirando de la estadística, en mi caso particular, sé que en el mejor de los casos, me queda mecha para vivir un tercio más de mi crédito probabilístico. Cuando esto pienso le aseguro que lo hago con una visión positiva y optimista, pues estoy convencido de que lo que me queda es lo mejor que me va a pasar; pero también pienso que no puedo desaprovechar ni un solo segundo de lo que me quede por vivir y que aprovecharlo, a estas alturas de partido, sólo depende de mi.

Quiero compartir contigo esta visión de que debemos vivir la vida como si fuera la única que tenemos. Y ¿cómo podemos explotar todo el potencial que nos queda por vivir? Muy fácil: siendo coherentes con nosotros mismos, con nuestros derechos y obligaciones, aprovechando todo lo que nos produce satisfacción de vida, sintiendo amor por la persona a la que amamos y nos ama, manifestando nuestro cariño a nuestros hijos, padres, amigos, familiares y personas que tengamos en auténtica estima, compartiendo nuestro tiempo con aquellos que nos llenan, estimulan nuestro alma y nos animan a conseguir nuestros objetivos vitales; planificando y desarrollando proyectos que nos ilusionen, que requieran de nuestro esfuerzo, sabiduría, conocimientos y experiencia y que nos permita tener en mente nuevos escenarios por construir y potenciar; sirviendo de ayuda para otras personas, para la buena gente que también quiere disfrutar de la vida en positivo, como nosotros; aprendiendo nuevos conocimientos estudiando, hablando, escuchando o compartiendo con otros y, sobre todo, sintiendo plenamente que estamos haciendo lo que queremos hacer por nosotros mismos, queriéndonos, sin sentir culpa o presión por entornos que nos puedan asfixiar.

Cuando uno va avanzando por la vida y mira por el espejo retrovisor de lo vivido, se va dando cuenta de que no se puede desaprovechar ninguna buena oportunidad de intensidad de vida y que no hay mayor veneno para con uno mismo que cuando nos decimos “¿Por qué no lo hice? ¿Por qué dejé pasar aquella oportunidad? No lo intenté y me arrepiento de habérmelo perdido.” En el tren de la vida las estaciones no se repiten; unas pasan más despacio por delante de nosotros, nos permiten pensar si optamos o no por esa plaza y otras nos exigen tomar una decisión en apenas un segundo pero, después de llevar estos dos tercios de vida, lo que tengo claro es que las oportunidades son únicas y una buena oportunidad perdida es un lastre que no hay ser humano que esté capacitado para que no pese consciente o inconscientemente. Es cierto que no todos somos capaces de verlas pero cuando se nos muestran con toda claridad, más aún cuando hay otros pasajeros que están pendientes de nuestros actos, desperdiciarlas y que otros las aprovechen se me antoja doloroso, muy doloroso.

Vida y madre no hay más que una ¿piensas aprovechar todas las oportunidades o dejarás que el tiempo las revele como realidades perdidas? De cada uno de nosotros depende.

lamadriddiario@gmail.com

3 comentarios sobre “Vivir la vida

  1. Leo tu artículo y tengo en mente una canción que, lejos de entrar en gustos musicales personales, considero un himno de mi día a día. Digo «himno» porque cuando se presenta una situación difícil de entender en las relaciones personales, profesionales fundamentalmente, siempre la canto:
    » Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti,… »
    No tiene desperdicio de principio a fin.
    Muy buen artículo Antonio por lo positivo que es. Gracias.

    Me gusta

  2. Efectivamente vida sólo hay una, y pasamos por ella tomando elecciones. La clave está en saber tomarlas en base a nuestros deseos, ilusiones y objetivos la mayor parte de las ocasiones. Tener éxito o aprender de los errores es el camino, en cualquier caso vivir nuestra vida, no la que otros quieren o la que otros intentan que vivamos.
    Muchas gracias por la reflexión

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.